¡Saludos, queridos lectores de Uruapan, tierra de aguacates y corazones valientes! Agradecemos su preferencia en este espacio que, con respeto y compromiso, celebra los esfuerzos por transformar realidades. Como dice el refrán: “Del árbol caído, todos hacen leña”. Hoy, sin embargo, honramos a quienes se atreven a replantar el bosque. Gracias por seguirnos. La verdad se defiende con hechos, no con silencios. ¡Adelante, con esperanza!
«Uruapan: De la corrupción heredada a la esperanza en movimiento»
En apenas 4 meses y 20 días, el presidente municipal Carlos Manzo Rodríguez ha demostrado que gobernar con honestidad no es un eslogan, sino una acción constante. Tras décadas de abusos, desvíos y complicidades policiacas —herencia de administraciones que convirtieron el poder en botín—, Uruapan comienza a respirar. Por ejemplo, la reciente detención de una banda dedicada al robo de vehículos, operada con apoyo de la Guardia Civil y la Fiscalía, evidencia una coordinación inédita. Además, la adquisición de 8 camionetas Silverado y la pronta llegada de unidades blindadas para la policía marcan un contraste radical: antes, los recursos se esfumaban; hoy, se invierten en proteger a la ciudadanía.
Sin embargo, el camino no es fácil. El alcalde heredó un municipio “colapsado”: sin camiones de basura funcionales, con calles oscuras y una red de agua potable en agonía. Aun así, los avances son tangibles: el Programa de Austeridad Republicana ha permitido redirigir fondos antes destinados a “pagos por chayote” a proyectos sociales, como despensas para adultos mayores y sillas de ruedas para personas con discapacidad.
Manzo no solo gobierna: repara. Cada detención, cada obra pública y cada peso auditado son golpes a un sistema que por años normalizó la impunidad. La pregunta es clara: ¿podrá Uruapan sanar sus heridas? Los cimientos, al menos, ya están limpios.
«Infraestructura: Del abandono histórico a la acción urgente»
Uruapan fue testigo de cómo administraciones pasadas priorizaron el saqueo sobre el servicio público. Hoy, el cambio es visible. El presidente Manzo ha puesto en marcha proyectos clave: la rehabilitación de la Calzada Benito Juárez, el avance en el Paseo Lázaro Cárdenas y la construcción del nuevo DIF municipal en Capácuaro —enfocado en comunidades indígenas— son muestras de una gestión que camina. Además, la próxima entrega de 12 camiones compactadores de basura resolverá una crisis de la basura que se acumulaba; hoy, se gestiona con planes a mediano plazo.
Ahora bien, el desafío es monumental. El alcalde admitió que “no recibió un municipio funcional”: el 80% de las patrullas estaban inservibles, el alumbrado público era un lujo en zonas marginadas, y la deuda pública superaba los márgenes éticos. No obstante, acciones como el Plan de Reordenamiento Urbano —que recuperará espacios públicos con iluminación y áreas recreativas— y las gestiones para construir un parque deportivo en terrenos del aeropuerto revelan visión. Incluso, la futura renta de un helicóptero para emergencias y seguridad (algo nunca antes visto) subraya la iniciativa por innovar.
Carlos Manzo ha convertido la rendición de cuentas en bandera. A diferencia de gobiernos anteriores —donde licencias comerciales se falsificaban y líderes policiacos extorsionaban—, su administración prioriza auditorías y castigo ejemplar. Por ejemplo, la denuncia contra 200 funcionarios por irregularidades en giros comerciales —próxima a presentarse— enviará un mensaje contundente: la corrupción ya no es rentable. Además, la reducción del 50% en gastos de comunicación (antes usados para lavar imagen) permitirá financiar más becas educativas y apoyos médicos.
Por otra parte, la alianza con el Gobierno Federal ha sido clave. Tras reunirse con la presidenta Claudia Sheinbaum, Manzo logró incluir a Uruapan en programas nacionales de agua y seguridad. “No somos islas: necesitamos apoyo para reconstruir”, afirmó. A causa de esto, proyectos como el Hospital Veterinario Municipal —primero en su tipo— y la modernización del Mercado Tariácuri (tras el incendio del 2024) avanzan con fondos tripartitas.
En definitiva, Uruapan vive un cambio de raíz. Aunque persisten retos —como eliminar células delictivas autónomas o regular horarios de giros nocturnos—, la transparencia es el nuevo cimiento. “Gobernamos con el pueblo, no contra él”, recalcó Manzo. Y el pueblo, testigo de cada avance, responde con paciencia y esperanza.
La historia juzgará a quienes robaron, pero celebrará a quienes reconstruyen. Síganos en www.PoderEmpresarial.com y http://www.xn--michoacnnoticias-lmb.com/ ¡Hasta la próxima, donde la crítica se escribe con tinta de justicia!